Un huerto escolar puede resultar un magnífico recurso para trabajar en los centros educativos las relaciones del alumnado con su entorno, con el medio rural, y para desarrollar actitudes de respeto hacia el mismo.
El montaje de un huerto es algo sencillo; habrá centros que dispongan de algún terreno o trozo de campo en el que hacer la plantación, pero en el caso de las escuelas que no lo tengan, una pequeña inversión en cajoneras (elevadas o bajas) será suficiente para hacer crecer las plantas deseadas. Ésta última sería la versión escolar de los huertos urbanos, a los cuales se puede uno introducir fácilmente a través del taller Huerto urbano que organiza la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona.
Una vez elegido el lugar donde plantaremos hay que preparar la tierra con una buena mezcla de sustrato y algo de abono orgánico o compost. A continuación podemos diseñar un calendario de siembra o plantación que nos ayude a tener un huerto con continuidad en el tiempo, a lo largo de las distintas estaciones del año. Y el siguiente paso es ponerse ¡manos a la obra!
Una vez el huerto ya está en marcha, hay que hacer un seguimiento de las labores y tareas propias de mantenimiento de los cultivos. Y en cuanto al tratamiento de los residuos orgánicos producidos por el huerto, podría convertirse en una actividad adicional de mucho interés que cerraría el ciclo biológico.
Os invitamos a participar en la actividad Un compostador lleno de energía, ofrecido dentro del Programa Educativo, y con la que se da a conocer el proceso de compostaje de la materia orgánica y los cuidados del compostador escolar.
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